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La Riqueza de las Naciones

Es importante notar que en la actualidad se deja de lado el plano social y se prioriza la búsqueda de confort y la posesión de bienes materiales. Al igual que en otras épocas, el tema de la pobreza es dejado de lado y se da más importancia al tener que al ser.

Según Skeat en su Diccionario etimológico "riqueza" quería decir un particular estado del cuerpo y la mente. El tipo de bienestar denotado por la riqueza en este sentido antiguo es dependiente de la posesión o logro periódico de ciertos bienes externos, como pan, carne, vestido o dinero. La palabra terminó aplicándose a esos objetos como también al estado de cuerpo y mente producido para acceder a ellos.

En la Biblia, en el Nuevo Testamento, la palabra riqueza es entendida como la posesión de objetos externos sin denotar un particular estado del cuerpo y la mente. La riqueza en sí no está condenada ni las estructuras sociales por las que se hereda u obtiene, pero la "Philarguria" traducida del griego, significa: "Amor al dinero". Esa es la raíz de todos los males.

En el siglo I D.C. la avaricia era entendida como la riqueza utilizada para uno mismo, en vez de retornarla hacia la comunidad. Generalmente nos identificamos en términos de posesiones materiales más que por relaciones personales o sociales heredadas, por lo tanto, la pérdida de cosas es equivalente a la pérdida de la identidad. El poder y la autosuficiencia que acompaña a la riqueza generalmente aísla a los individuos de las obligaciones hacia la comunidad.

El problema de los ricos en el Nuevo Testamento no es basado en la distribución inequitativa de la riqueza, sino en el egoísmo y avaricia que acompaña a la riqueza de tal manera que priva a otros de los recursos para su subsistencia.

La riqueza es un concepto fundamental en economía. A pesar de su importancia, nunca se llegó a un consenso en su concepto. En el comienzo la discordia sobre el significado de la palabra riqueza tomó la forma de dos concepciones. Por un lado la idea de la riqueza entendida como posesiones tangibles y por otro el concepto de que la riqueza se origina en los placeres o "utilidades" generadas por bienes tangibles mas que por lo bienes mismos.

La concepción objetiva antes descrita, ha utilizado al dinero como unidad de medida. Pero los economistas han tratado de describir una medida métrica y menos arbitraria que una suma monetaria.

La pobreza e ignorancia del ser humano son los impedimentos naturales al progreso de la riqueza, debido a que desconoce a como valorarse a si mismo. Marginándose personal y laboralmente a designios de otras personas en vez de tomar el control de sus vidas. Adam Smith dice que la riqueza es la expresión potencial no sólo del poder natural sino de la personalidad humana. Cuando la riqueza se incrementa, el hombre no decae sino que puede liberarse y realizarse. La persecución de la riqueza de las naciones provee la condición dinámica necesaria para la felicidad de los individuos.

Adam Smith entiende que el rico no consume más comida que su vecino pobre. Puede que la calidad de su comida sea muy diferente y que seleccionada y preparada pueda requerir más trabajo y destreza; pero en cantidades son prácticamente iguales. El apetito de alimentos está limitado en cada persona por la estrecha capacidad del estómago humano, pero el afán de comodidades y adornos en la casa, el vestido, el mobiliario y el equipo no parece tener límites ni fronteras. Adam Smith sabía que el dinero de una nación consistía exclusivamente en el producto del trabajo y su importancia del valor de intercambio de la totalidad de su producción.

El comerciante sabe que es más fácil comprar bienes con dinero que dinero con bienes, pero esto no es así porque la riqueza consista esencialmente en dinero, sino que el dinero es el instrumento del comercio. Los bienes sirven para muchas cosas aparte de adquirir dinero, pero dinero sólo sirve para comprar bienes. Según Adam Smith, en lo que respecta a la opulencia, es lo mismo considerar una persona como propietaria de una mercadería en particular o el valor de esa mercadería.

Por lo anterior, se pone en manifiesto que el hombre al simpatizar más con la alegría que con el dolor, ostenta riquezas y oculta su pobreza. Uno se pregunta ¿Cuál es el fin de la avaricia y la ambición en la persecución de la riqueza y del poder? ¿Es para proveer a las necesidades de la naturaleza? El salario del trabajador más pobre puede proveerlos, vemos que ellos son capaces de adquirir comida y vestido, el confort de una casa y constituir una familia. Si se examina la economía con rigor encontraremos que se gasta en gran parte en comodidades, que pueden ser vistas como superficialidades. En este sentido Adam Smith se pregunta el porqué de la aversión a esta situación y porqué los más educados ven esta situación como algo peor que morir. El hombre rico se glorifica con sus riquezas, porque siente que ellas naturalmente llaman la atención del mundo hacia él. Por el contrario, el hombre pobre se avergüenza de su pobreza.

Antes de escribir su cuarto libro: "Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las Naciones". Adam Smith estuvo bajo la influencia de los fisiócratas franceses. Estos mostraron que los trabajadores no se dedicaban al cultivo ni a la cría de animales o cualquier forma de producción o a cualquier forma de producción de la tierra eran comerciantes y no productores. Consideraban que las manufacturas al igual valor y no producían ninguna riqueza.

En el cuadro económico de Quesnay divide a la sociedad en tres clases. La primera, es la clase de los propietarios de la tierra; la segunda, la clase de los cultivadores, granjeros y trabajadores rurales a quienes honra con el apelativo de "la clase productora"; la tercera, es la clase de los artesanos industriales y comerciantes, a quienes llama "clase estéril o improductiva". Este cuadro surge como respuesta al sistema mercantilista el cual pone al comercio y a las manufacturas como portadores de riqueza. Adam Smith analiza el sistema agrícola y llega a la conclusión que a pesar de las imperfecciones, el sistema es la aproximación más cercana a la verdad.

J.K. Galbraith es un economista que prioriza lo social , su pasión por la existencia humana más justa y civilizada. Es uno de los pocos economistas que han llevado a su trabajo el interés por la economía real guiada por seres humanos de carne y hueso. En la interpretación de toda vida social nos encontramos con una constante e inacabable. El enemigo de la sabiduría convencional no son las ideas, sino la marcha de los acontecimientos. La sabiduría convencional no se adapta al mundo que supone interpretar, sino a la visión que su público tiene de este mundo. Según el autor, la gente es pobre cuando su ingreso, aunque adecuado para su subsistencia, es mucho menor al del resto de la comunidad. De esta manera no pueden tener lo que una comunidad mira como lo mínimo necesario para la decencia y por lo tanto no pueden escapar al juicio de ser considerados indigentes.

Esta descripción de la pobreza puede ser tratada en distintos aspectos. Galbraith distingue entre la pobreza caso y la pobreza insular. La primera esta relacionada a ciertas características que tienen los individuos involucrados como deficiencias mentales (falta de conocimientos para construir una vida mejor), mala salud, excesiva procreación o quizá varios de estos impedimentos; los cuales han llevado a estos individuos alejarse del bienestar general. La segunda, por su parte, es como una isla de pobreza donde todos o casi todos son pobres. Por alguna razón la gente de la isla fue frustrada por su medio. Lo cierto de la pobreza hoy en día es que no se soluciona eficientemente con un mejoramiento en la distribución de mejores ingresos. La pobreza caso no se soluciona porque la inhabilidad de los individuos de esta categoría los deja afuera de los puestos de trabajo y por lo tanto de las mejoras de ingresos. Por un lado, la pobreza insular no se soluciona directamente porque desaparecen las frustraciones del medio que deben tolerar.

La preocupación por la desigualdad cobra preponderancia los pobres cuando surgen privaciones son la mayoría y los pocos que quedan son lo que tienen más. Sin embargo,llegar a este estado requiere de un esfuerzo de toda la comunidad. Es sabido que la constante más inmediata es que las personas y comunidades favorecidas y su posición económica, social y política, atribuyen virtudes sociales y permanencia política a aquello de lo que disfrutan.

De esto surge el instinto humano más profundo, es más evidente que los afortunados y los favorecidos no contemplan su propio bienestar a largo plazo y no son sensibles a él. Reaccionan, más bien, a la satisfacción y a la comodidad inmediatas. De esta manera si se encuentran, como decíamos antes, dentro de la mayoría que tiene mucho, poco se preocuparán por lo que tienen poco.

La riqueza radica en un estado justo e igualitario y pone en evidencia a la necesidad de la intervención pública para garantizar un futuro económicamente próspero y socialmente pacífico.

En el sistema Smithiano el individuo educado, es libre para perseguir su propio interés como el impulso dominante de los ricos. Pero la sociedad que describe Galbraith tiene a su entender una visión sumamente selectiva del papel del Estado. El Estado es visto como una carga. El gasto social favorable a los ricos, el rescate financiero, el gasto militar y los pagos de intereses, constituyen la parte más sustancial del presupuesto del Estado. Lo que queda, gastos para ayuda social, viviendas baratas, servicios médicos para los sin ellos desvalidos, enseñanza pública y las diversas necesidades de los grandes barrios pobres es lo que considera en la sociedad moderna de hoy la carga del Estado.

A esta altura del análisis debemos preguntarnos sobre que bienes constituyen la riqueza. ¿ Es la posesión de bienes materiales? ¿es la educación?, está no consiste únicamente en la posesión de dinero y/o bienes materiales. La riqueza de una nación se deriva de su trabajo y su connotación moral.

La riqueza proviene de las actividades productivas como la agricultura incrementándose con la división del trabajo y el comercio exterior. Teniendo en cuenta estas observaciones y las consideraciones anteriores podemos decir que las causas de la riqueza de las naciones no deberían estar basadas en la avaricia y la codicia, sino en el desarrollo de la sociedad a través de la división del trabajo y la preocupación por la comunidad. Se fomenta así la producción que aumenta la opulencia real y consecuentemente mejora el poder de alimentar, vestir, mantener y emplear personas.

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